Todas las claves sobre la seguridad de tu dirección IP
Los ciberataques aumentan exponencialmente año tras año y no cesan las nuevas formas de realizar dichos ataques por parte de los ciberdelincuentes. Casi cualquier aspecto de nuestra actividad en línea está expuesto a posibles ciberataques que comprometan nuestros datos e información privada.
A continuación veremos como la dirección IP puede ser objeto también de ciberataques perjudiciales para empresas u organizaciones públicas.
¿Qué es la dirección IP?
Como bien sabemos, la dirección IP (Protocolo de Internet) es una dirección única que identifica a un dispositivo o a una red local. La dirección IP es fundamental para asegurar el correcto funcionamiento y la administración eficiente de redes y la comunicación en Internet.
La dirección IP se compone de una serie de cuatro números, cada conjunto puede variar del 0.0.0.0 al 255.255.255.255. Esta selección de números no es aleatoria, y viene dada de la ICANN, una organización sin ánimo de lucro de Estados Unidos. Una dirección IP tiene dos partes, la ID de red y la ID de host.
Tipos de direcciones IP
Las direcciones IP se pueden clasificar de la siguiente manera:
- Dirección IP privada (local). Generada automáticamente, es la dirección IP única para cada dispositivo que se conecta a la red. Con el aumento de los dispositivos IoT en cada hogar, el número de direcciones IP también es mayor.
- Dirección IP pública. Es la dirección asociada a toda la red, asignada por el proveedor de internet. Dentro de la dirección IP pública, hay otras dos formas de clasificar a las direcciones IP.
- Direcciones IP dinámicas. Es posible que, en ocasiones, cambie, es un comportamiento normal en las redes que utilizan asignaciones dinámicas y está influenciado por varios factores relacionados con la gestión y configuración de la red.
- Direcciones IP estáticas. Por el contrario, las direcciones IP estáticas son siempre las mismas. Una vez que la red asigna una dirección IP, esta permanece igual.
Mi dirección IP, ¿es segura?
A través de la dirección IP se pueden derivar problemas de ciberseguridad importantes tanto para una persona como para una empresa. Con la dirección IP, los ciberdelincuentes pueden obtener la ubicación exacta del dispositivo, realizar ataques DDoS, suplantaciones de identidad, infecciones de malware y el rastreo de las actividades online del dispositivo, entre otras.
¿Cómo podemos proteger nuestra dirección IP?
Para proteger la dirección IP y evitar los posibles ataques previamente mencionados, se puede proteger la dirección IP:
- Ocultamiento de la dirección IP. Existen herramientas que permiten el ocultamiento de la dirección IP real del usuario, una de las herramientas más utilizadas para ello son las VPNs.
- Configuración predeterminada de la red. Dejar la configuración predeterminada puede ser peligroso, así que cambiar las contraseñas iniciales y la configuración de un firewall ayudarán a delimitar el acceso ajeno a la red.
- Actualizaciones de software. Los proveedores de software usan sus actualizaciones para solventar posibles problemas de ciberseguridad y evitar que los ciberdelincuentes aprovechen las vulnerabilidades que detectan en los sistemas informáticos.
- Monitorización y detección de intrusos. El uso de logs es útil para detectar patrones de ataque, intentos de acceso no autorizado, o anomalías. Los logs son archivos que documentan actividades que ocurren dentro de un sistema informático, red o aplicación.
La dirección IP es un aspecto básico para asegurar la correcta conectividad a la red de cualquier usuario o dispositivo. Al tratarse de un elemento esencial, es importantísimo protegerla de la mejor manera para evitar ciberataques que comprometan los sistemas de cualquier organización.